Al Coliseo romano le van
a lavar la cara o por lo menos eso es lo que dice Pia Petrangeli,
arquitecta encargada de dirigir las obras de la rehabilitación de
este antiguo anfiteatro. Las obras están financiadas por la firma de
lujo Tod's, que actúa como mecenas y se conforma con que la
divulgación de su patrocinio se de a conocer discretamente, a través
de ruedas de prensa y otros actos culturales, a diferencia de lo que
pretendían otras firmas como Ryanair o Samsung, las cuales estaban
dispuestas a poner dinero con la condición de que sus marcas
aparecieran en carteles de grandes dimensiones alrededor del Coliseo.
Por suerte, el Ministerio de Cultura italiano se ha negado a tales
propósitos y la firma italiana Tod's, famosa por sus zapatos, será
la que en un gesto de amor hacía su patria, invierta los fondos en
la puesta a punto de uno de los monumentos más representativos de
Roma.
Según dice la
arquitecta, “no se trata de limpiar, reconstituir, reintegrar y
devolver la unidad del monumento, sino conservar lo que queda,
eliminando sólo lo que puede ser dañino para su futuro” y hace
una diferenciación entre el deterioro natural y la degradación
causada por la agresión humana y ambiental. El primero debe
respetarse, la segundo tiene que corregirse.
La operación de
rehabilitación se hará en tres fases, en la primera se limpiará de
mugre la fachada, de lo que se encargará una empresa especializada
en bienes de patrimonio cultural que ha superado exigentes criterios
de seguridad. Aunque, aquí me asalta las dudas ¿cómo se verá el
travertino del Coliseo después de que lo hayan bañado a presión
con líquidos biocidas para eliminar todos los microorganismos de la
superficie? La seguridad nunca es total, y ni siquiera los
entendidos en la materia pueden certificar como actúan del todo los
tratamientos que usan. Otra duda que me embarga es ¿hasta donde
llegaran con esa limpieza para que la piedra no pierda la patina de
la antigüedad? Saber donde acaba la suciedad y empieza la patina es
dificilísimo y eso lo reconode Pietrangeli.
La segunda etapa
consistirá en crear un semisubterráneo fuera del coliseo, para
incorporar material divulgativo y la tercera será la de acondicionar
las partes más bajas donde estaban las jaulas de las fieras y los
ascensores para subirlas, para lo cual se ha de hacer un estudio
sismológico para verificar que en el futuro pueda autorizarse la
entrada a los visitantes.
En resumen, que no corra
el pánico, el Coliseo no se reconstruirá en su total circunferencia
(Violet seguramente lo hubiera hecho). Se trata de una ruina y en
ruina se quedará, eso si, una ruina segura para los visitantes.
Por de pronto, las
intenciones en la restauración parecen bastante respetuosas, según
las manifestaciones de la arquitecta Pietrangeli, aunque falta saber
si ésta pedirá consejo a algún profesional de la Historia del
Arte, lo cual no estaría nada mal.
(Para más información ver el Magazine de La Vanguardia del 8.12.13)
(Para más información ver el Magazine de La Vanguardia del 8.12.13)
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