El patrimonio artístico
de nuestro país parece ser que se está esfumando silenciosamente.
Las arcas del estado se han vaciado a base de construir aeropuertos y
polideportivos innecesarios y según parece no quedan fondos para
retener en el país obras de pintores como El Greco o Rubens.
En Barcelona, el señor
Mas parece estar más preocupado en recaudar fondos para su campaña
independentista que en la conservación de su patrimonio, ya que la
Generalitat pone a la venta una serie de edificios, entre los cuales
se cuentan autenticas joyas modernistas.
Entre las obras que se
están “fugando” de nuestro país, tal como explica Miguel Ángel
García Vega, en su artículo del País del 27.12.13, se encuentran joyas como:
-La Crucifición
de El Greco que pertenecía al Museo Zuloaga de Zumaia (Guipuzcoa) se
vendió en Londres por cuatro millones de euros.
-Retrato de un
caballero de Rubens se vendió también en Londres por tres
millones ochocientos euros.
-Una colección de 45
piezas de arte contemporáneo en homenaje a Chillida, depositada en
el Bellas Artes de Bilbao se vende en Christie's.
-La colección de arte
precolombino Barbier-Mueller depositada en Barcelona también se
vende.
Parece que los organismos
encargados de proteger nuestro patrimonio están haciendo dejación de sus
funciones. España esta de oferta y se vende las joyas a bajo precio. (Se calcula que auténticos grecos hay pocos, por lo cual éste que nos hemos dejado quitar de las manos, dentro de poco tiempo se cotizará mucho más). Cuando el oro baja, resulta que suben las inversiones en arte. Pero
eso en lo que respecta a otros países, no en el nuestro, claro. Ya
que nuestro país no hace una inversión con cierta categoría desde
el 2011, en que compró un conjunto de vistas de Genaro Pérez
Villaamil, procedentes de la colección del Duque de Claredon.