jueves, 10 de octubre de 2013









Jaume Plensa reinventa Burdeos con sus esculturas humanistas


 DIALOGO Y MEDITACION EN BURDEOS

Hasta el pasado 6 de Octubre doce esculturas de Jaume Plensa han permanecido expuestas en las calles y plazas de Burdeos. Plensa esta considerado como uno de los grandes herederos de la escultura española, siguiendo la estela de Picasso o Gargallo. Su arte se construye por la oposición: vacío-lleno, luz-sombra, individuo-colectivo, masculino-femenino.

Mientras sus esculturas eran observadas por los viandantes de la ciudad con los cuales parecían interactuar y mantener un diálogo, los edificios de alrededor permanecían impasibles, lo cual me ha llevado a pensar en el uso que se hace del patrimonio histórico y de los cambios que experimentan algunos de esos edificios, testigos mudos de todo cuanto acontece a lo largo de los siglos dentro y fuera de sus paredes.

La esculturas de Plensa están formadas por notas musicales, letras y números, los sígnos que configuran el lenguaje que todo el género humano, sea del lugar de donde sea utiliza para comunicarse el uno con el otro. Son grandes esculturas que airean sus pensamientos y a los que Jaume Plensa da forma de pensadores que, sentados en las calles de esa ciuddad, parecen estar meditando sobre la situación que vive el mundo actual o preocupados por el final que han acabado teniendo esos edificios que las rodean, lo cuales en su origen fueron concebidos con una idea determinada, como la de honrar a algún santo y la de albergar a las almas cristianas. Este es el caso que observa la escultura que Jaume Plensa ha colocado en medio de plaza Camille Jullian, a pocos metros de lo que antaño fuere la iglesia de San Simeón (s. XIV-XVII), hoy en día convertida en una sala de multicines, donde se proyectan películas de arte y ensayo. Pero no queda ahí su único servicio a la comunidad, ya que entre la primera etapa para la cual fue creada y hasta llegar a la última, las paredes de esta iglesia sirvieron también como almacén de sal, academia de cadetes e incluso de garaje. Será esta su trayectoria final, o quizás todavía le queden muchas vidas por vivir o muchos empleos por los que pasar? Sólo espero que la iglesia dedicada a San Simeón no acabe convirtiéndose en un McDonald's de turno (aunque poco le falta ya, puesto que dentro del mismo recinto también se encuentra una cafetería)

Este devenir cambiante de uso a los que se ha visto sometido este edificio no es más que un síntoma de la volubilidad del ser humano, de su crisis existencial y de las fluctuaciones de la propia naturaleza. Si un día paseamos por una calle por la que hace unos meses que no habíamos pasado encontraremos con seguridad que más de un local ha cambiado, lo que antes era una tienda con solera que se había dedicado toda la vida a vender cuchillos ahora es una tienda de moda, una frutería o un bar. Claro que, como ya dijo Heráclito, “todas las cosas se mueven, nada está quieto..., y comparando las cosas existentes con la corriente de un río dijo que nadie se podrá sumergir dos veces en el mismo río” (Platón). La naturaleza es cambiante, las modas también lo son, las ciudades e incluso las personas nos vemos obligadas a reinventarnos continuamente motivados por las continuas crisis económicas.

Tras meditar largo rato, sólo queda reconocer cuanta razón tenía el filósofo. Nada permanece inalterable durante toda la vida. Nada es para siempre.











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